jueves, 20 de marzo de 2014

Invierno





Siempre le había gustado el invierno. Esa sensación de frío al pisar la calle, esa sensación de calidez al entrar en casa. Le gustaba ponerse capas y más capas para sobrellevarlo, pero sobre todo, adoraba los abrigos y las bufandas que se terminaba de colocar en el ascensor. Le gustaban los días de lluvia y odiaba esos días que no podía disfrutarlos quedándose en casa con una manta y un libro. Pero ante todo, adoraba el pensamiento de que todavía quedaba invierno por delante, cuando la primavera y el verano se veían lejos en el tiempo. 

Por todas esas cosas, no entendía porque ese invierno se estaba haciendo tan largo.  Esas sensaciones de las que antes disfrutaba, se habían vuelto banales y habían pasado sin hacer mucho ruido durante esos meses gélidos. Se había dado cuenta de que no estaba saboreando al máximo esa estación al ver los almendros con brotes verdes. Brotes que darían paso en unas semanas a nuevas hojas. No sabía cómo, pero se había perdido la mayor alegría del invierno, los almendros en flor. Qué complejo el almendro, florece cuando el resto descansa, cuando los otros no dan señales de vida, cuando los tiempos son duros. Y observando los verdes almendros se dio cuenta de que ya no era la misma, se había cansado del invierno, se había cansado del frío, la oscuridad, la lluvia y los días cortos. Ahora le apetecía ver los rayos de luz detrás de la única nube del cielo y sentir el calor del Sol en su piel. Anhelaba poder meter sus pies en el agua del mar y sentir la arena mojada. Pero por encima de todo, echaba de menos esos días de primavera en los que el tiempo pasa sin prisa y en los que cada sonrisa espontánea en la terraza de un bar es un momento de extrema felicidad. 

Feliz primavera, feliz preverano.

viernes, 14 de marzo de 2014

Láminas para estar on fire

Buscando como llenar los huecos de las paredes de mi habitación he encontrado una idea buena, bonita y barata.

  

Las tabletas de madera con pinzas son una buena manera de colgar cualquier imagen o lámina con la que inspirarte y motivarte. Lo mejor? Cuando te canses de la fotografía puedes cambiarla fácilmente.


Después de comprarme una tableta de madera con pinza en un tienda de Madrid, y arrepentirme de no haberme comprado más, estuve haciendo una selección de láminas con frases motivadoras. Yo ya me he imprimido unas cuantas, a ver que os parecen.












Y mi favorita...