martes, 29 de diciembre de 2015

Cosas que nunca pensé que haría en el 2015

Me gustaría pensar detenidamente qué ha sido este año para mí, qué ha significado y qué he aprendido de él. Repaso mentalmente todas las cosas que nunca pensé que haría en el 2015 y los verbos utilizados no pueden ser más sencillos y claros: cantar, bailar, comer, pasear, viajar, trabajar, descubrir y reír.

Y aquí, todas esas cosas que nunca pensé que haría en el 2015:

Comer la mejor paella del mundo en Poblenou.



Ver a Adam Levine sin camiseta en el concierto de Maroon 5 y cantar 
como posesas el She will be loved. 



Estar morena ya en julio.



Ir a Menorca y prácticar el slow-life o como no preparar nada por pereza 
o porque nos hacemos mayores.



Encontrar en Joffels un nuevo amor perruno.



Cenar en un restaurante con estrella Michelín. La foto es del segundo postre, SEGUNDO.



  Encontrar un trabajo nuevo, donde cada día tengo que estrujarme los sesos para ser más creativa, donde regaño y río a partes iguales, y donde me he dado cuenta que soy un batiburrillo de todos los profesores que un día tuve.



Participar en una mesa electoral siendo 2a suplente. Esto más bien es mala suerte.



Desconectar en el pueblo más alto del Pirineo.
Beraní y sus 6 habitantes nos hicieron pasar un finde de lujo en la montaña.



Celebrar por todo lo alto la boda de Marta y Xavi en la barra libre.
Aquí podría añadir que ese día también hablé delante de 300 personas.
Y que me tuvieron que ayudar a bajar del mini escenario de la 
ceremonia porque mi vida siempre
peligra cuando voy encima de unos tacones.

Foto de Boda & Films


Trabajar de voluntaria junto a mis alumnos en un comedor social de Bonavista.



Pasar las pre-navidades en Ámsterdam.



Darme cuenta, más aún, que gastarme el poco dinero que tengo en pasar tiempo con las personas que quiero, ya sea en cenas, viajes y en pequeños momentos del día a día, es la mejor inversión que puedo hacer en la vida.



Por un 2016 lleno de buenos recuerdos.

miércoles, 16 de diciembre de 2015

9 cosas que hacer en Menorca

Resulta que a 20 minutos en avión existe un pequeño paraíso llamado Menorca.

Lejos del bullicio que puede haber en julio y agosto; la poca explotación de la isla y que todo sea tan virgen ayuda a crear ese ambiente de tranquilidad. Para llegar a muchas de sus playas hay que andar al menos 20 minutos, algo impensable en muchas playas de las Costa Dorada. Pero, eso mismo es la esencia de esta isla: una isla donde destaca el azul y el verde por encima de todo. 

Nos plantamos un jueves en Menorca, sin prácticamente planficar nada, y dispuestas a recorrer la isla durante tres días.

Me hace especial ilusión incluir en esta crónica viajera un dibujo que ha hecho mi gran compañera de aventuras Maria. Un bonito recuerdo de todas las anécdotas del viaje.


 9 cosas que hacer en Menorca

1. Ir a alguna cala azul turquesa del sur. Cala Macarella o cala Mitjana son un gran ejemplo.



2. Ir a alguna playa roja caliza del norte y ver la puesta de sol mientras te embadurnas en barro. Llegamos a la platja cavalleria a media tarde y disfrutamos de una increíble puesta de sol.




3. Practicar el slow life. Y con esto me refiero a hacer un viaje sin prisas y sin estreses. Menorca es una isla pequeña, con una única carretera que cruza de punta a punta y en la que como máximo puedes ir a 80km/hora. Las playas son de dificil acceso y en general, la vida es tranquila. Así que es el lugar ideal para no preocuparse por verlo todo y disfrutar de los planes espontáneos. 




4. Comprar una GoPro cámara sumergible deshechable en Amazon y hacer el idiota en el agua.




5. Perderse en las fiestas de alguno de sus pueblos. Volviendo de la puesta de sol de la platja de Cavalleria pasamos por Es Mercadal y nos atrajeron sus luces en las calles y sus banderitas de colores. Hechas un desastre, llenas de barro y arena, no pudimos evitar hacer un alto en el camino y recorrer sus calles iluminadas.



6. Alquilar un kayak y luchar para que no te lleve la corriente. Muy importante coger la cámara deshechable en la que sólo quedan dos fotos (teniendo otra cámara sin estrenar) y poner un dedo en el objetivo mientras haces una de las fotos. Perdón por la no calidad de estas imágenes...



 7. Visitar uno de sus siete faros. Especialmente, el far de Favàritx.



8. Ver el atardecer desde las Covas d'en Xoroi.



9. Perderderse en el puerto de Ciutadella.


 9+1. Empezar a pensar en el próximo viaje.

lunes, 5 de octubre de 2015

Estaba pensando...




Estaba pensando que me podías dar un beso de esos que a veces me das,
de esos que me dejan un poco tonta y con ganas de más. 

Quizás, podríamos ir a cenar a aquel sitio donde fuimos cuando nos conocimos.
 Prometo que esta vez invito yo. Y que te dejo elegir a ti.

¿Qué te parece si después vamos a nuestra heladería favorita?
Esa que está lo suficientemente cerca,
pero lo suficientemente lejos del bullicio ese que odiamos. 

Luego podríamos dar un paseo, y al cabo del rato darnos cuenta que hemos
andado demasiado y que aún tenemos que volver. 

Vayamos a casa y hablemos en la cama hasta las tantas. 
Los dos trabajamos mañana, pero ¿qué más da? 

Hablemos de sueños y esperanzas, de decepciones, preocupaciones y alegrías,
un poco del pasado y mucho del futuro.

Seguramente se me escape que he estado buscando vuelos a aquel lugar que hablamos el otro día.
¿No hablamos de sueños? Pues hagámoslos realidad.

Ten en cuenta que cuando durmamos, te quitaré todas las sábanas.
También hay altas probabilidades de que te arrincone en una esquina.  

Abrázame mientras duerma, porque a veces lo necesito.

No te pido que te quedes a mi lado para siempre, yo no hago esas cosas,
pero no estaría nada mal que lo hicieras. 

viernes, 14 de agosto de 2015

Road trip por Andalucía: Sevilla

Me tendría que dar mucha vergüenza lo que voy a hacer. Publicar la crónica de la última ciudad que visitamos en Andalucía casi un año después. Lo peor de todo, es que me he sentido presionada porque tengo ganas de hacer la entrada del último viaje...

Pero eso no cambia nada, ya que la última ciudad que visitamos es una de las más encantadoras que conozco... Sevilla :)

Recordemos que dejamos el coche en la estación de trenes de Sevilla y desde ahí nos fuimos al hotel. Como llegamos por la tarde, aprovechamos para subir al mirador de las Setas (he buscado el nombre oficial, y resulta que es ese, Setas de Sevilla). Desde allí se ve toda la ciudad y si se sube cuando anochece, las vistas y los colores que se forman en el cielo son espectaculares. La entrada solo cuesta 3 euros y además entra una consumució (copa de vino incluída...). Yo he estado dos veces (con tan solo un mes de diferencia) y repetiría mil veces más, vale mucho la pena ir cuando está cayendo el sol...








Al día siguiente, nos levantamos temprano para ir al Alcázar de Sevilla. Las calles estaban desiertas y la calor no era tan sofocante... Eso sí, para reponer fuerzas para todo el día, dimos miles de vueltas hasta llegar a una buena churrería.







El plan de ese día era ir al Alcázar de Sevilla. Al igual que las setas, era la segunda vez que iba en un mes, pero es algo que también merece ser visto porque es impresionante. El precio de esta segunda vez había subido un poco.. supongo que algo tendría que ver que Juego de Tronos anunciara entre mis dos visitas que grabaría allí mismo imágenes de la quinta temporada. Después de haber visto la serie, tengo que decir que es tan bonito como se muestra. Cada rincón es especial.









Después de comer, tocaba la Giralda. Tanto el Alcázar como la Giralda están en la misma zona así que es fácil visitarlo todo el mismo día. La entrada te permite acceder tanto a la catedral, como al patio de los naranjos como a la subida a la Giralda. Ésta última todo un logro en pleno verano, las vistas valen la pena pero las rampitas hasta el final de la torre se hacen interminables, por suerte no son escaleras!








Después de comer y descansar un rato en el hotel, una siesta de dos horas con la que Maria se sintió muy culpable, fuimos al parque de María Luisa a dar un paseo. Al ser sábado, había muchísimas bodas por los alrededores haciéndose fotos. Qué arte tienen las andaluzas para vestir, todas las invitadas que vimos iban guapísimas!

Nuestra primera parada fue la estatua de la Glorieta de Bécquer, que representa el pasado, el presente y el futuro del amor, todo con el lenguaje de los abanicos. En mi primera visita a Sevilla con el curso de inglés, una americana nos hizo un tour (obviamente en inglés) y nos explicó la historia de esta estatua. La primera dama (izquierda) representa el amor pasado, el que duele y entristece. La dama del medio, representa el amor presente, aquel que da alegría e ilusiona. Y por último, la dama de la derecha representa el amor que se espera, el del futuro, un amor esperanzador. Estábamos completamente solas con la estatua y empezamos a hacer el tonto imitándolas... esas fotos está claro que no van a salir aquí jajaja


Luego dimos una vuelta por la plaza de España y buscamos a nuestra querida Tarragona que ya la echábamos de menos.








Esa misma noche salimos a tomar algo pero el cansancio de toda la semana pudo con nosotras. Además, al día siguiente teníamos pendiente ver cuatro cosas y a las 3 cogíamos el tren de vuelta a casa...
Aprovechamos la mañana nublada para acabar de visitar Triana, el Guadalquivir y la Torre del Oro.




Pasamos diez días entre mucha calor y mucha risas, disfrutando de ciudades encantadoras. Nos empeñamos en irnos lejos de vacaciones y tenemos pequeñas maravillas bien cerca. Córdoba, que parece un pequeño pueblo lleno de calles estrechas repletas de leyendas e historias. Granada, con ese ambiente en la calle y esa Alhambra que te deja sin habla. Cádiz, aires marineros a orillas del atlántico, sin duda, la gran desconocida pero un gran descubrimiento. Y Sevilla, elegante, señorial y llena de rincones por descubrir.