lunes, 8 de octubre de 2012

Crónica de un viaje anunciado: Nueva York día 2

Continuamos con el día 2! No éramos conscientes pero nos esperaba un día completito. Al realizar el planning de cada uno de los días no tuve en cuenta que el día siguiente al vuelo pudiésemos estar tan cansados, así que para la próxima vez (por favor que sea pronto) situaré las actividades más relajadas los primeros días.

El jet lag nos hizo levantarnos a las 6, así que nos dio tiempo de organizarnos un poco la habitación y de decidir lo que llevaríamos durante todo el día. A las 8 y pico nos fuimos a desayunar justo enfrente del hotel donde había una cafetería especializada en bagels. Nada más entrar íbamos muy perdidos pero enseguida apareció un trabajador latino al rescate (no sería el último, más bien en todos los restaurantes encontramos alguno que nos ayudaba) y nos explicó lo básico: escoges un tipo de bagel (por lo menos había 20 especialidades) y lo que quieres dentro (dulce o salado y también a escoger entre un montón). Alberto escogió uno relleno de tortilla y bacon y yo de crema de plátano con nueces. En ese momento descubrimos que en ese país, lo dulce es muy pero que muy dulce y obviamente del mío solo pude acabarme la mitad.






Después nos dirigimos al metro y compramos dos Metrocards, un bono ilimitado de 7 días por $29. Una vez dentro y con nuestro mapa en las manos para ubicarnos, apareció otro personaje que seguiría apareciendo a lo largo del viaje, el newyorkino amable. Es verte con un mapa y salen de la nada para ayudarte. Gracias a uno de ellos bajamos de un metro que iba directo al Bronx y sin parada en nuestro destino.

Lo primero que haríamos esa mañana sería visitar el American Museum of Natural History y tengo que reconocer que era una de las cosas que más ilusión me hacían de este viaje.






Nosotros compramos desde aquí un pack con entradas para los lugares más importantes a visitar por $89 (Citypass). La entrada a este museo estaba incluida así como una película en un auditorio circular sobre el origen de las estrellas. El documental lo narraba Whoopi Goldberg y la verdad es que se entendía muy bien y fue muy interesante.

Las primeras planta eran sobre el espacio y la Tierra. La sala sobre la Tierra me gustó muchísimo, era todo muy explicativo y visual. Esto de aquí es el meteorito más grande del mundo en exhibición (34 toneladas).



Las siguientes plantas tenían dioramas representativos de diferentes hábitats del mundo y diversas colecciones antropológicas (esto último fue un visto y no visto).











El museo era enorme y realmente no lo disfrutamos lo suficiente por el cansancio que llevábamos encima. Me recuerdo a mi misma diciendo "Tenemos que priorizar, donde están los dinosaurios?" y así todo el rato hasta llegar a ellos (cuarta y última planta (muchas muchas escaleras)). Pese a todo, me encantó y disfruté como una enana.

Eran las 3 de la tarde cuando salíamos de allí... Tenía un restaurante apuntado por la zona así que nos fuimos a reponer fuerzas. Resultó ser un restaurante indio (yo no tenía ni idea) llamado Hampton Chutney y nos pusimos las botas.



Y después de comer tocaba... Central Park! Al ser sábado había muchísimo ambiente y la gente estaba por todas partes haciendo picnics, jugando a cualquier deporte, paseando perros, corriendo, casándose... si si casándose! Encontramos 3 tipos de boda; una de lesbianas que se estaban casando en un rincón con una violinista, una boda india que se estaba haciendo fotos en la Bethesda Fountain y las bodas normales de toda la vida. Había un montón de instalaciones para hacer deporte e incluso una carretera por dentro del parque solo para ciclistas y corredores. Todo muy encantador, como decía Alberto "en cada esquina, una postal".





 







Se nos hizo de noche y nos tuvimos que ir, pero no me hubiera importado gastar un día entero allí.
El día no acabó aquí, todavía quedada otra atracción turística más, el Empire State. Leímos que las colas eran eternas durante el día, así que decidimos ir de noche al Empire y de día al otro edificio visitable (el Top of the Rock). Hicimos algunas colas para entrar pero no pasaron en total de los 20 minutos.




Impresionaban mucho las luces pero no se apreciaba bien la extensión de la ciudad. El día que fuimos al Top of the Rock valió más la pena. Aún así... estábamos en el Empire State!

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